Supervisión del proceso de empaque de carnes: Dirige y coordina al equipo que realiza el empaque de los distintos productos cárnicos (carne fresca, embutidos, cortes, etc.), asegurándose de que se siga el protocolo adecuado para cada tipo de producto.
Control de calidad e higiene: Dado que la carne es un producto perecedero, es crucial garantizar que el empaque se realice en condiciones óptimas de higiene y temperatura para evitar la contaminación. El encargado debe asegurarse de que las normas sanitarias se respeten en todo momento.
Cumplimiento de normativas sanitarias: Trabaja de cerca con el departamento de control de calidad para asegurar que el empaque cumpla con las regulaciones nacionales e internacionales sobre la manipulación y distribución de productos cárnicos.
Manejo de equipos especializados: Supervisa el uso de maquinaria especializada en el empaque de carnes, como selladoras al vacío, envasadoras en atmósfera modificada, o empaques con tecnología de preservación.
Control de etiquetado: Asegura que cada producto esté correctamente etiquetado, con información clara sobre el tipo de carne, fecha de empaque, fecha de caducidad, peso, y lote. El etiquetado también debe cumplir con las normativas de trazabilidad, lo que permite rastrear el origen del producto en caso de incidencias.
Gestión de tiempos y coordinación logística: Dado que la carne tiene una vida útil limitada, es clave coordinar con otros departamentos (producción, almacén, distribución) para asegurar que el producto sea empacado, almacenado y enviado rápidamente, manteniendo siempre la cadena de frío.
Optimización del uso de materiales: Asegura que los materiales de empaque (plásticos, bandejas, etiquetas, etc.) se utilicen de manera eficiente, minimizando costos sin comprometer la calidad o seguridad del producto.